FUENTE LA NACIÓN
23 de julio de 2019
Redacción Virginia Mejía
Conocí la Isla Martín García hace mucho tiempo atrás mientras cursaba estudios de Guía de Turismo en los albores de las carreras universitarias de turismo. El nombre Martín García corresponde al despensero que muere durante el la expedición de Juan Díaz de Solís en 1516 y es sepultado en tierras de la isla. Una mañana un grupo de estudiantes nos embarcamos hacia la isla que se encontraba entre los sitios de visita obligados a pocos Km de Buenos Aires y por su valor patrimonial había sido declarada lugar histórico nacional hacia fines de los años 50. Ya en aquel lejano momento Martín García gozaba de valor turístico por su enclave geográfico y por su valor histórico testimonial. La nota publicada en La Nación me dibujó en la retina el paisaje de la isla y sus encantos memorables, la hospitalidad de los lugareños, el aire de río, las calles de tierra y los ceibales coloridos, los pájaros y un cielo incomparable que nunca olvidé. En el futuro se convertiría en un sitio reconocido y valorado por el turismo rural y las escapas cercanas de placer y descubrimiento.
FOTOS Crédito Ricardo Pristupluk
Martín García, a 45 kilómetros de Buenos Aires en el Río de
la Plata, es por Ley Provincial una reserva natural de uso múltiple con 250
especies de aves y 150 arbustos diferentes. Según estudios realizados, para
conservar su flora y fauna no deben visitarla en forma conjunta más de 2000
personas. Dice la autora de la nota que desde el aire, la isla
parece un manchón verde que está prácticamente unido a la isla Timoteo Domínguez donde se
mezclan las corrientes del Uruguay y el Paraná. Con relación al proyecto de recuperación de la isla como destino turístico,
la Comisión Nacional de Monumentos de Lugares y de Bienes Históricos informó que ya se recuperaron edificios emblemáticos como el Teatro Urquiza y se encuentran en proceso de recuperación escuelas, viviendas particulares, almacenes tradicionales, la Iglesia y el presidio para presos peligrosos en la época colonial, funcionó desde 1755 hasta 1962 y fue la cárcel del destierro de los expresidentes argentinos Hipólito Yrigoyen, Marcelo Torcuato de Alvear, Juan Domingo Perón y Arturo Frondizi. Actualmente, se promocionan los paseos directos desde Buenos Aires.
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